Bienvenidas a El Futuro. 

Pero ¿qué es el futuro? Especulación pura. Del mismo modo que el pasado es un entramado de reconstrucciones parciales (propias y ajenas), el futuro lo proyectamos en base a lo que creemos recordar y conocer. Todo es humo, verdad a medias, imaginación. 

Durante el proceso de investigación, Cris Celada de El Pollo Campero se dio cuenta de que, sobre todo en las generaciones más jóvenes, la pregunta “¿qué es para ti el futuro?” suscitaba distopías a granel. Convencida de que hace falta un esfuerzo de imaginación colectiva para crear un mundo que genere más ganas de vivir, ella y sus colaboradoras han desarrollado una serie de recursos creativos desde donde ofrecer la práctica escénica y el humor como herramientas de entrenamiento para la especulación amable.

El Futuro es un proyecto tentacular, que rehúye la lógica de producción-exhibición (un eco de reflexiones pospandémicas sobre la profesión que también observamos en otros artistas presentes este año, como Matías Daporta o los Montdedutor) y se declina en varias emergencias que se interrelacionan entre sí. El Futuro es una pieza escénica y un manual imperfecto para la imaginación de futuros para ser leído en voz alta. También es un taller de creación colectiva con el público, que este verano se ha dado, entre otros lugares, en Terrassa. 

Jugando con picardía y con la polisemia de las palabras, en escena El Futuro hila y deshila su propia trama en un espacio de juego constante, lleno de dobles significados que impiden la conclusión, la afirmación, el acontecimiento. Porque sobre el futuro no se puede afirmar nada. Con esta estrategia, El Pollo Campero se suma en este TNT a otras creadoras (como Cuqui Jerez o María Salgado y Fran Cabeza de Vaca), que en sus piezas también jaquean constantemente la posibilidad de construcción de un discurso cerrado. 

Velando por la coherencia con la semilla temática del proyecto, el futuro de El Futuro será abierto y lleno de posibles, o no será. Un lugar donde el humor acerca las ideas y rebaja el negro de nuestras distopías.