Las nyamnyam (Iñaki Alvarez y Ariadna Rodríguez), acompañadas por Blanca Callén, Carme Torrent, Manel Quintana y Dani Moreno Roldán convierten cada INERT? en un miniuniverso para ser explorado desde una mirada transcorpórea.

Transcorporeidad: se trata de pensarnos en un mismo plano con todo lo que nos rodea. Por ejemplo, poniendo el foco en la materia, en los átomos y su movimiento, en la continuidad entre cuerpos diversos. Desde esta perspectiva, la clara distinción entre lo vivo y lo inerte se tensa, entra en crisis. Otra posibilidad es ajustar nuestras lentes cuando observamos o pensamos las escalas y el tiempo. La vida de los objetos, como la de los árboles, también contiene y cuenta historias: el polvo que acumulan, los rastros de su uso, aquello que nos atraviesa en forma de recuerdo… Nuestro paso a través del tiempo acompaña el suyo y nos conecta, nos hace compañeras de vida. 

Para plasmar esta cosmovisión radicalmente humilde y horizontal, cada representación de INERT? se construye a partir de resonancias con todo aquello que ya estaba en el espacio antes de llegar. Ariadna e Iñaki aterrizaron en la Casa de la Música hace días. Se interesaron por las personas que no vemos a menudo, pero que gracias a las que todo marcha, miraron entre bambalinas y pidieron permiso para bajar a los almacenes. Es así como fueron encontrando los objetos que configuran el patchwork-universo-alfombra por donde nos moveremos durante la función. 

Encima de este patchwork encontraremos un segundo entramado hecho de personas y anécdotas, de acciones corporales, de fragmentos de discurso proyectados o pronunciados en voz alta y de sugerencias visuales que acompañarán nuestra experiencia. La de cada cual, puesto que la pieza está pensada para que sea nuestra manera singular de relacionarnos y afectarnos mutuamente con el espacio, los objetos y las historias lo que acabe de sostenerla. 

Fruto de un pensar y actuar lo más inclusivo posible, INERT? nos invita a subir a escena, pero sin ocupar el centro —y a conocer la potencia y la emoción que se libera cuando damos espacio a todo lo que es otro—.