Marc Sempere-Moya siempre ha sentido fascinación por la experiencia de lo Común (con c mayúscula). Como posicionamiento vital, esta perspectiva implica un grado importante de cesión de ego y saberse conectado a todo lo que nos rodea. Implica, también, tensar las cuerdas del liberalismo que nos domina —y que coloca al individuo en el centro del mundo—. 

Para Marc, este Común es un concepto que exige, pero que también sostiene y acompaña. Un espacio donde responsabilidades y libertades son compartidas, pero donde también lo son preocupaciones, alegrías y penas. Esto pudo sentirlo de forma particularmente intensa durante los años en los que vivió en una casa okupa con treinta personas más. Pero ampliando el foco, aquella realidad política no dejó nunca de ser la de una burbuja dentro de otras burbujas —todas ellas mirándose bastante el ombligo—. 

A través del contacto con personas como El Niño de Elche, el interés del filósofo Sempere-Moya derivó entonces hacia la observación y el estudio de prácticas tradicionales. Folclores, ceremonias religiosas y demás emergencias culturales donde —más allá de códigos supuestamente fijos y corsés identitarios— una experiencia comunitaria en su sentido más amplio ha sabido sobrevivir al paso del tiempo y los auges del capitalismo. 

La experiencia de lo Común que fascina a Marc es aquella en la que la individualidad se disuelve en la experiencia mística del movimiento compartido. Una vivencia enriquecedora y potentísima que se esconde entre los pasos de la Semana Santa de Sevilla, en la plaza de Berga durante la Patum y en aquel concierto inesperado de sábado del Primavera Sound. 

Litúrgia es una reinterpretación performativa de una de estas emergencias culturales: la procesión. Destripándola de lenguajes y de símbolos particulares, Marc nos invita a trazar, paso a paso, el camino de vuelta a su origen. Desde la particular conciencia colectiva que nos acompaña cuando entramos en un teatro, en Litúrgia bailaremos juntas y viviremos como una afirmación los lazos invisibles que nos unen — con y a pesar de todo—.