En Noche Cañón, Sofía Asencio y Tomàs Aragay pasan por la malla poética de la Societat doctor Alonso los mecanismos del humor. 

Fascinada por el recuerdo del tiempo en que pisaba escenarios con espectáculos de varietés y por la experiencia del disfrute en directo de los géneros ‘populares’, Sofía se propuso investigar sus protocolos, particularmente en relación a la palabra dicha, al trabajo de texto, en un monólogo cómico. 

La praxis poética de Sofía y Tomàs, criada con calma durante veintidós años, funciona como un sistema de código abierto: un tema (un género escénico, en este caso), es encriptado y presentado a la audiencia en un espacio donde reina la incertidumbre —y donde la espectadora tiene que entrar con cuerpo y mente a la vez para entender qué se cuece—. Es decir, no serían los Doctor Alonso si no nos invitaran a reflexionar sobre aquello que pasa al mismo tiempo que acontece. 

De entrada, Noche Cañón esconde así una contradicción original y muy sugerente. El monólogo cómico gira alrededor del tempo y de la creación de momentos donde la risa nos impacta, momentos que solo funcionan si fluyen por obra y gracia del directo. Pretender mantener esta calidad efímera mientras al mismo tiempo nos planteamos metapreguntas sobre el formato parece la primera broma del proyecto. 

Sobre el hilo de esta tensión, Sofía y Tomàs comparten durante el TNT los frutos de una investigación donde defienden la potencia que se esconde tras la superficialidad del humor. Se han instalado en la exploración formal de la sonrisa provocada por la retranca y la ironía fina, y se han dejado contaminar por los memes de las generaciones digitales de la mano de nuevos colaboradores (el arquitecto Jorge Nieto y la ilustradora Beatriz Lobo).

El humor es la herramienta predilecta de quien navega por los intersticios del fanatismo —y de quien los defiende como uno de los pocos espacios donde merece la pena existir—. Aquí también reina la incertidumbre. En palabras de Gómez de la Serna, “el humor desacomoda interiores y desmonta verdades absolutas”. Y celebra la inutilidad y la relatividad del todo.