En La Doble Sesión, Norberto Llopis (ávido lector de Jacques Derrida) parte de un texto homónimo del filósofo francés en el que se constata la imposibilidad del acontecimiento.

Esto significa que en este espectáculo, formado literalmente por dos sesiones diferentes entre sí, Norberto no se ocupa de lo material, sino de la trama de temporalidades involucrada en el intento (inútil) de hacer que aparezca. Jugando más concretamente con la temporalidad de la escritura, La Doble Sesión cuestiona escénicamente la posibilidad de la palabra escrita de ser, de ser del todo, de ser un todo. 

Que es como decir que afirma la imposibilidad de algo como el teatro. 

Dulce, infinita, revolucionaria paradoja. Y henos aquí, en la sala Cúpula del Teatro Principal de Terrassa. Después de comprar la entrada, se nos convocará a una de las dos sesiones posibles. Si vivimos en el día 30 de setiembre, Ayer pasará hoy, y Mañana habrá pasado ayer.  Ya en el planteamiento de la jugada, Norberto nos habla de un mañana que no se puede llevar a cabo y de un ayer que no se cerrará nunca. Sea el día que sea, asistiremos, nos sentaremos en las butacas y habrá alguien en el escenario. ¿No podemos llamar a esto “acontecimiento teatral”?

Agudo observador de la escena contemporánea, Norberto ha visto como en los últimos tiempos la voluntad de hacer vibrar el presente escénico desde una cierta noción de “verdad” (una idea muy de moda desde los años sesenta del siglo pasado) ha ido diluyéndose para convertirse en moneda de cambio, en un objeto más capitalizable y consumible. Para él, tensar las cuerdas de la reflexión escénica significa abandonar la aspiración a la materialidad de una presencia y girar la mirada, en cambio, hacia el margen, hacia el fondo operativo que pretende hacerla posible. También, o particularmente, en la temporalidad de la escritura, donde todo es transferencia, todo es movimiento. Y aquello que es movimiento deja trazas más allá del centro, no sabe de verdades absolutas y no se está nunca quieto por definición.  

La Doble Sesión es Norberto en la palabra y Derrida en una espiral de acciones, repeticiones y pensamientos que nunca tienen fin.