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ANALPHABET

Alberto Cortés

Viernes 27 de septiembre a las 22:15 h

📍 Teatre Alegria
(ver ubicación en el mapa)

70 min
Castellano (sobretítulos en inglés)
15 euros

ESTRENO

Foto: ©Johann Pérez Viera

Solo Alberto Cortés puede reunir en una misma pieza las playas andaluzas y los bosques del romanticismo alemán y mostrarnos cómo los árboles pintados por Friedrich esconden miles de cuerpos haciendo cruising. Todos los paisajes naturales están llenos de parejas que los han contemplado o que han discutido, llorado o follado en ellos. O, como dice Alberto, «el paisaje es un ring de boxeo donde pasan muchas cosas con el amor». Esta es la premisa de Analphabet, que Alberto define como un fantasma que se aparece a las parejas que están tristes en un lugar de gran belleza. Pero ¿quiénes son los fantasmas?

La creación de Analphabet, gestada en residencia en el TNT, nace de la necesidad de sanar el cuerpo maltratado después de una ruptura sentimental que deja tras de sí una herida que probablemente tiene mucho que ver con la construcción de la pareja como artefacto. Poco se habla de las sombras y abusos presentes en las relaciones intragénero, quizá tan poco como de las condiciones de autoexplotación y sacrificio de la salud que rodean el trabajo de los creadores escénicos.

Dos crisis confluyen en Analphabet: la de Alberto como amante y la de Alberto como intérprete, con su relación romántica con el público. Así pues, no esperemos volver a ser objeto del vaporoso y embriagador cortejo que nos regalaba en One night at the golden bar (TNT 2022). En este caso, la vulnerabilidad, la melancolía y el tormento se encuentran en una escena más sobria que nunca, donde la poesía cobra mucho peso y marca el ritmo del espectáculo.

Acompañado por el violín de Luz Prado, Alberto es tan hábil tendiendo trampas poéticas como convirtiendo el duelo en un acto radiante. Así como Katerina Andreou, Rosa Romero, Núria Corominas o Gaya de Medeiros despliegan diferentes estrategias para conjurar el dolor, Alberto sabe darles la vuelta a las palabras para devolver al paisaje toda la belleza y vitalidad que el recuerdo doloroso haya podido haberle robado. Una apuesta por la austeridad escénica que también resuena en La luz de un lago de El Conde de Torrefiel.

Concepto, dramaturgia, textos, dirección e interpretación: Alberto Cortés
Violín y conversaciones: Luz Prado
Iluminación: Benito Jiménez
Sonido: Pablo Contreras
Grabaciones de piano: César Barco
Espacio escénico: Víctor Colmenero
Vestuario: Gloria Trenado
Mirada externa: Mónica Valenciano
Producción: El Mandaíto

Coproducción: Festival TNT, Conde Duque, Fitei, Fundación Joann Brossa, FIT
Colaboradores: Azala, Graner, Goethe-Institut Madrid, Escenas Patrimonio, Festival de Otoño y Junta de Andalucía

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